Por: Lisandra Chaveco, consultora de comunicaciones en HI Cuba
Sonia es actualmente presidenta de la Asociación Cubana de Personas con Discapacidad Físico-Motora (ACLIFIM) en el municipio Sandino y agradece al proyecto Cuenca Resiliente la posibilidad de contar con mejores herramientas para sensibilizar e integrar grupos de personas diversas, fundamentalmente con la perspectiva de incluir a aquellas que viven con discapacidad.
Desde que se unió a la iniciativa, cuando trabajaba aún como secretaria de la Cruz Roja de la localidad, las capacitaciones y encuentros realizados en el marco del proyecto le permitieron profundizar en el abordaje de la reducción de riesgo de desastres desde un enfoque inclusivo, comunitario y de resiliencia.
Su experiencia junto al proyecto y otros voluntarios en la intervención en comunidades de su municipio, realizando talleres de análisis de vulnerabilidad y capacidad, así como de diseño de sistemas de alerta temprana comunitarios inclusivos, influyeron de manera decisiva en su elección de asumir la dirección de la ACLIFIM en el territorio.
Reconoce como la intervención del proyecto, las capacitaciones y el diseño de los sistemas de alerta temprana en las comunidades han tenido en cuenta las necesidades y aspiraciones de la vecindad, facilitándoles una participación activa en el proceso y aportando a que todos y todas sean más resilientes.
Según Sonia el trabajo en el proyecto ha sido una enseñanza constante, pero asegura que aún queda mucho camino por recorrer en términos de inclusión y empoderamiento de las personas con discapacidad. Incluso dentro de su familia, ha encontrado retos.
Al respecto, rememora cómo su hija le preguntó una vez: “¿Mamá, pero tú eres la presidenta de la asociación esa donde las personas tienen limitaciones físicas?”. A lo que Sonia respondió: “Tu mamá es una persona que vive con una discapacidad al igual que esas personas”.
Para la vueltabajera, este proceso de sensibilización también ha sido significativo con su esposo, quien logra mirar más allá de la discapacidad y reconoce sus habilidades para asumir distintos roles tanto en la vida privada como en el trabajo.
De acuerdo con Sonia, al interior de la Asociación, el proyecto también ha contribuido a incorporar herramientas y mejorar los procesos de acompañamiento a las familias durante los procesos de sensibilización, lo que ha permitido a su vez, que las personas ganen seguridad en sí mismas y se sientan más preparadas.
Para Sonia Cuenca Resiliente ha sido un aporte decisivo en los cambios que ha experimentado como mujer y lideresa dentro de la ACLIFIM. Las capacitaciones le han brindado herramientas para comprender y trasmitir sin discriminación cómo actuar de forma oportuna antes, durante y después de un desastre natural. Además, le ha facilitado llegar hasta comunidades de difícil acceso e interactuar con personas que han sido beneficiadas con recursos y medios de vida donados en el marco del proyecto.
La iniciativa es ejecutada por el Centro de Gestión para la Reducción de Riesgo de la provincia de Pinar del Río, y por CARE y Humanity & Inclusion en Cuba como ONGs de cooperación internacional, con el financiamiento de Dirección General de Protección Civil y Ayuda Humanitaria – ECHO de la Unión Europea. Cuenca Resiliente tiene acciones en tres municipios: Guane, Minas de Matahambre y Sandino, este último, donde vive Sonia. Su principal propósito es fortalecer las capacidades de la población para enfrentar posibles desastres, y hacer de las comunidades que pertenecen a la cuenca del río Cuyaguateje, sitios más resilientes.