Por: Carolina Maldonado – Oficial de Comunicaciones Colombia
En las áridas tierras de La Guajira, donde los cactus cardones se erigen como guardianes del paisaje, las parteras Wayúu desempeñan un rol fundamental en sus comunidades como guardianas de la vida. Magdalena Martínez, una partera de 42 años con más de dos décadas de experiencia, es una de estas cuidadoras de la vida y la tradición. “Ser partera para nosotros es algo ´anashi waya jutuma´, que significa nos sentimos bien porque ayudamos a traer vidas”, relata con orgullo.
El rol vital de las parteras Wayúu
El nacimiento de un niño o niña en la comunidad Wayúu es un acontecimiento espiritual de profundo significado. Los recién nacidos representan la continuidad de la vida y la preservación de la identidad y tradiciones ancestrales. Las parteras, como Magdalena, son médicas tradicionales que acompañan a las mujeres Wayúu en todas las etapas reproductivas, ofreciendo cuidados primarios durante el embarazo, parto y postparto. «Nosotras las parteras somos un médico tradicional, una lideresa, una psicóloga, una amiga que te aconseja y está pendiente», dice Magdalena.
Este oficio, aprendido de generación en generación, está profundamente conectado con la naturaleza. Las parteras Wayúu utilizan plantas medicinales como el yomú (menta), akapü (ruda) y akkasü (guayacán) para aliviar dolores y reducir inflamaciones durante los procesos obstétricos. Sin embargo, enfrentan grandes desafíos, incluyendo complicaciones como hemorragias postparto, partos obstruidos y preeclampsia, agravados por las limitadas condiciones sanitarias en algunas rancherías.
Intercambios de saberes para proteger la vida
Para abordar estos retos, 50 parteras tradicionales Wayúu, participaron en intercambios de saberes organizados por Humanity & Inclusion, con el apoyo financiero del Centro de Gestión de Crisis y Apoyo (CDCS) del Ministerio para Europa y de Asuntos Exteriores (MEAE). Este intercambio tuvo como objetivo prevenir riesgos y reducir la morbilidad y mortalidad natal.
“Me llevo mucho de la medicina occidental, he aprendido a ver las complicaciones en un parto, ver los riesgos cuando hay demasiado dolor de cabeza, cuando hay demasiada hinchazón”, explica Magdalena, destacando la importancia de los conocimientos adquiridos. Todos los intercambios de saberes se impartieron con un enfoque diferencial y se tradujeron al wayuunaiki, el idioma wayúu. Además, a todas las parteras se les entregó un kit de parto limpio que incluía guantes, tapabocas, alcohol y bisturí.
El intercambio de saberes no solo permitió que las parteras compartieran sus prácticas tradicionales, sino que también aprendieran sobre control prenatal, signos de alarma, emergencias obstétricas, atención y parto limpio, planificación familiar, salud mental y enfoque de discapacidad. Estos conocimientos adicionales les ayudan a actuar eficazmente en casos complejos.
Magdalena, con una voz tranquila y manos suaves que han acompañado más de diez nacimientos, expresa que estos intercambios le han proporcionado herramientas valiosas, especialmente en el área de salud mental. “Magdalena es una mujer que llegó a HI con estos intercambios a entregar sus conocimientos ancestrales, pero me llevó mucho, en salud mental, aprender a guiar desde la calma, respirar”, comenta, subrayando el impacto positivo de estas sesiones.
Un futuro inclusivo
El vínculo entre la medicina ancestral Wayúu y la medicina occidental ofrece una oportunidad única de aprendizajes compartidos. Estos espacios de intercambio también fomentan la implementación de prácticas inclusivas y respetuosas hacia las tradiciones indígenas en el sistema de salud occidental. Esto permite que las mujeres gestantes sean acompañadas desde la empatía, comprendiendo todas las etapas de sus procesos y superando las barreras de idioma en los centros de salud.
El intercambio de saberes con las parteras Wayúu no solo enriquece el conocimiento mutuo, sino garantiza un futuro más seguro y respetuoso para las madres y recién nacidos de estas comunidades.