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El día que pisé una mina, mi destino quedó sellado.

Marta Quintero con su equipo de protección personal, Colombia, septiembre de 2022

Marta Quintero con su equipo de protección personal, Colombia, septiembre de 2022. | © J. M. Vargas / HI

Por: Carolina Maldonado – Oficial de Comunicaciones Colombia

Marta Quintero ha formado parte de las operaciones de desminado de HI en Colombia durante siete años. Trabaja por el futuro de Colombia con una determinación inquebrantable nacida de su experiencia personal.

Mi nombre es Marta Quintero Díaz y acabo de cumplir 40 años. Soy de un pueblo en el departamento de Antioquia, Colombia. He estado trabajando para HI durante 7 años en el Meta, Cauca, Chocó y Tolima. Comencé como desminadora y ahora soy supervisora de campo para dos zonas de desminado.

Mi vida cambió para siempre el día que pisé una mina. Tenía 14 años en ese momento. Lo recuerdo como si hubiera sido ayer. Es algo que te marca de por vida. Ese día estaba lloviendo. Estaba con un grupo de amigos y estábamos jugando a atraparnos en un camino que conectaba la carretera con la casa de mis padres. Los adulos siempre nos decían que no debíamos abandonar el sendero bajo ninguna circunstancia. De repente, uno de mis amigos me gritó que no me moviera, miré hacia atrás y fue entonces cuando la vi. Había salido del sendero mientras corría y puse mi pie en una mina. Ese día, como la mina estaba mojada, no explotó.

Permanecimos inmóviles durante al menos quince minutos, sin saber qué hacer. No sabía si reír o llorar. Realmente vi mi vida pasar ante mis ojos. Sabía muy bien lo que me podría haber pasado. Regresamos a casa y nunca volvimos a transitar por ese sendero. Incluso hoy, cuando cuento esta historia, todavía me recorre un escalofrío por la espalda.

Muchos años después, formé parte de un equipo de desminado que trabajó en ese mismo sendero. Recordé exactamente dónde había pisado esa mina cuando tenía 14 años. Y allí, entre las raíces de un gran árbol, encontramos siete de ellas.

Hago el mejor trabajo del mundo.

Paisaje

Las primeras operaciones de desminado humanitario en Colombia comenzaron en mi pueblo en 2012. Un día, por curiosidad, asistí a una reunión informativa. Nos mostraron imágenes de dispositivos idénticos al que pisé cuando tenía 14 años. Fue entonces cuando me di cuenta de lo que quería hacer con mi vida.

Tuve suerte. La mina en la que pisé no explotó. Para muchas personas, no es así. Quiero asegurarme de que eso no siga sucediendo.

Cuando empecé, estaba ansiosa por aprender todo. Pasé todos los niveles de capacitación en desminado uno tras otro. Si iba a hacer este trabajo, quería ser la mejor. Desde el principio, dije que, si no me convertía en líder de equipo en un año, renunciaría. Y lo hice. Comencé como desminadora, luego, después de tres meses, me convertí en líder y seis meses después, fui líder de equipo. También obtuve los certificados necesarios para destruir artefactos explosivos y municiones.

Me levanto todos los días con la misma motivación. Por supuesto, el salario es importante porque todos tenemos una familia y responsabilidades que cuidar. Pero créeme, si fuera rica, haría este trabajo como voluntaria.

Estoy trabajando para darles un mejor futuro a mis sobrinos.

Mi motivación es mi familia. Estoy aquí por ellos. Tengo tres hermanas y dos hermanos, y desde que falleció mi padre, me he convertido en el pilar de la familia. Después de un ciclo de trabajo, cuando tenemos dos semanas libres, no voy a la playa, ni de vacaciones. Voy directo a casa a ver a mi familia.

Sueño con una Colombia en paz para mis sobrinos. Tienen entre 3 y 16 años y no quiero que pasen por lo mismo que yo. El conflicto armado en este país fue terrible. Perdí a mi padre cuando tenía 23 años. Pero hoy en día, tenemos que seguir adelante. Muchos de mis colegas tienen hijos, y todos sueñan con un futuro mejor para ellos. Si queremos tener la oportunidad de experimentar un nuevo país, debemos perdonar y dar una oportunidad al futuro.

En Colombia, HI está llevando a cabo operaciones de desminado en los departamentos de Antioquia, Chocó, Tolima, Meta y Cauca. Estas operaciones son posibles gracias al apoyo de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE), la Embajada de Suiza en Colombia, el Departamento de Estado de los Estados Unidos, dentro de la Oficina de Asuntos Político-Militares (PM/WRA) y la Embajada de Estados Unidos en Colombia.

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