Por: Marcela Campos – Oficial Regional de Comunicaciones América Latina y El Caribe
Claudia tuvo que salir de Venezuela en busca de mejores oportunidades, junto a sus dos hijos decidió irse a Ecuador para mejorar la calidad de vida de su familia. Esta decisión la tomó ante la dificultad para conseguir los alimentos en su país y no encontrar oportunidades laborales para darles el sustento.
Tuvo la fortuna de conseguir un empleo pronto, lavando loza en una dulcería, donde duró alrededor de seis meses tiempo que aprovechó para ver cómo eran los procesos de la elaboración de las tortas y postres, luego le ofrecieron ser ayudante de cocina donde solo moldeaba y colocaba el papel. Un día se le presentó la oportunidad de demostrar lo que había aprendido solo observando.
Una vez demostrado a la dueña de la dulcería que podía realizar las tortas y los postres, ascendió y fue como jefe de cocina, donde estuvo mucho antes de regresar a su país.
Cuando volvió a Venezuela, decidió empezar con su idea de negocio de preparar las tortas y los postres, de donde se deriva parte del sustento de su familia, ahora con el apoyo de HI se siente feliz y paso a paso busca consolidar su emprendimiento y sueña con tener su propio local de tortas y dulces.
«Soy Claudia y esta es la historia de mi emprendimiento que empezó en 2019 cuando decidí irme del país junto con mis dos hijos de 12 y 21 años, en busca de mejores oportunidades porque aquí no se conseguía harina, arroz y no tenía trabajo.
Nos fuimos con destino a Ecuador, tomamos un bus y decidimos ir a probar suerte fuera de Venezuela, cuando llegamos allá no nos dejaron ingresar como venezolanos, pero tenemos la nacionalidad colombiana y de esa forma pudimos entrar a ese país.
Por medio de una amiga conseguí un trabajo en una dulcería, aunque al principio me pagan solo diez dólares porque solo me encargaba de lavar la loza cuando se hacían los postres. Durante seis meses duré realizando esta labor donde aprovechaba para ver cómo era el proceso de las tortas y los postres.
La idea era aprender para cuando regresara a mi país poder hacerlo, después de ese tiempo la dueña me ofreció ser ayudante en la preparación de las tortas, allí solo ayudaba a moldear y colocar el papel. Un día llegué temprano al trabajo y la dueña no se había levantado porque estaba enferma y decidí tomar la iniciativa y preparé unas doce o catorce tortas que debíamos entregar. Cuando ella bajo como a las dos horas y sintió el olor de las tortas me preguntó sorprendida ¿eres repostera?, a lo que respondí que no.
Ella revisó las tortas y me preguntó cómo había aprendido y le dije que viendo como ella preparaba las tortas y los postres, me dijo que si también sabía preparar el postre de maracuyá y otros postres y le respondí que sí. Ese día me puso a prueba a preparar los diferentes postres y sorprendida como los había hecho me dijo nuevamente ¿Eres repostera? Y de nuevo le dije que no.
Ante la demostración de lo aprendido me ofreció ascenderme a jefe de cocina y en este puesto duré un tiempo hasta que decidí regresar porque primero del colegio donde estudiaba mi hijo me dijeron que él podía seguir estudiando pero que cuando finalizara no podían darle certificado porque lo había ingresado con documentos colombianos y cuando estudió en Venezuela era con documentos de acá. Que lo mejor era regresar para que cursara cuarto y quinto en nuestro país.
Esa fue una de las principales razones, pero también me quería devolver porque mi mamá estuvo muy enferma y uno siempre quiere regresar a la tierra donde está su mamá y su papá. Mientras estuve allá compré bastantes perolitos (vasijas) de cocina y decidí regresar porque acá tenía mi casa y las cosas que mis papas me habían cuidado y cuando regresé decidí empezar con el arte que había aprendido de preparar tortas y postres y mi hermana se unió y ella prepara algunas cosas también y ahora nos dedicamos a eso, aunque acá conseguir las cosas es más difícil.
En el concurso que hizo HI con todos los emprendedores, para ganar dije la verdad, no fue un discurso sino mi verdadera historia, y ahora con el apoyo de la organización esperamos seguir creciendo y más adelante, y paso a paso poder tener nuestro propio local. Estamos muy agradecidas todas con esta ayuda.»
El proyecto “Prevención y protección contra amenazas de violencia armada a través de la construcción de una resiliencia comunitaria en Alto Apure, Venezuela” es implementado por Humanity & Inclusion en Venezuela junto a dos socios Repas y Tinta Violeta; y busca promover la paz y mitigar el impacto de los conflictos fortaleciendo los mecanismos de resiliencia, la gestión de conflictos y la cohesión social mediante un enfoque inclusivo, este proyecto es financiado por El Centro de Crisis y de Apoyo (CDCS) del Ministerio de Europa y de Asuntos Exteriores.
“Esta historia es muy valiosa, porque podemos ver cómo la reactivación económica en esta zona le ayuda a las personas a regresar a su territorio, a crear que tienen un futuro nuevamente acá. Ella hace unos postres deliciosos y lo más impresionante es que nadie le enseñó, ella aprendió viendo a su exjefe, Claudia tiene un gran potencial como emprendedora y esperamos poder seguir ayudándola”. Yosury Cabello, Oficial de Seguridad Alimentaria y Medios de Vida.