HI trabaja en Cuba para hacer que la sociedad sea más inclusiva para las personas con discapacidad, particularmente en las áreas de inclusión económica y reducción del riesgo de desastres, ya que el país es particularmente vulnerable a huracanes y terremotos.
Acciones en curso
Apoyamos a las personas con discapacidad en la obtención de un empleo adecuado, en particular, las mujeres y los jóvenes. Para ello, fortalecemos iniciativas de autoempleo, gracias a la distribución de kits que contienen las herramientas necesarias para el desarrollo de una actividad económica. Además, reforzamos los cursos de formación profesional existentes, en colaboración con los servicios públicos y las organizaciones de la sociedad civil. La organización forma y sensibiliza a los distintos actores del tejido económico ante los retos de la discapacidad, apoya el desarrollo de nuevas actividades adaptadas y trabaja para mejorar las condiciones y el entorno laboral de las personas con discapacidad.
Cuba enfrenta un alto riesgo de desastres, especialmente durante la temporada de huracanes que va de mayo a noviembre de cada año. Para ayudar a las poblaciones vulnerables a prepararse para ello, trabajamos con las autoridades locales y los actores de la sociedad civil en la reducción del riesgo de desastres y el desarrollo de estrategias de resiliencia. Apoyamos el desarrollo del conocimiento de los riesgos de los socios locales y sus capacidades de anticipación y prevención, asegurando que las personas con discapacidad y personas en condición de vulnerabilidad sean tenidas en cuenta en las respuestas brindadas.
Áreas de Intervención
Situación del país
La República de Cuba, el mayor país del Caribe, se desarrolló como país socialista tras el fin de la revolución en 1959. Tras la caída de la Unión Soviética a principios de los años 90, el país, cuya economía estaba fuertemente ligada a la URSS, entró en un largo periodo de desafíos económicos (periodo especial), que terminó también con una progresiva diversificación de la economía nacional.
Sin embargo, aunque muchos países (incluida toda la UE) han revisado recientemente su posición frente a Cuba y han fomentado los intercambios económicos, culturales y políticos, el embargo impuesto al país por EE.UU. sigue afectando gravemente no sólo a la capacidad de crecimiento de la isla, sino a la vida de todos los cubanos.
Cuba atraviesa actualmente la crisis económica más grave desde el «periodo especial» que siguió al colapso de la URSS a principios de los años noventa. La economía cubana se ha visto duramente golpeada por el endurecimiento del embargo y las sanciones estadounidenses desde 2018, así como por las dificultades de su principal aliado en la región, Venezuela, mientras que su crecimiento ya se había ralentizado desde 2013. A pesar de un número limitado de víctimas humanas, la crisis del COVID-19 no ha hecho más que agravar una situación ya precaria al privar al país de uno de sus principales recursos, el turismo. El PIB cubano cayó un 11% en 2020, para pasar al 0,4% en 2021 y al 1,8% en 2022.
Desde el 1 de enero de 2021 y la unificación monetaria, el país ha experimentado una inflación galopante, mayores dificultades para que la población obtenga productos de primera necesidad y, como consecuencia, un creciente descontento entre la población.